LIBRE ALBEDRÍO
La definición más fundamental de una ventana, es que ella es una
apertura en una pared o en un techo, que se deja para permitir ventilación e
iluminación al interior de una construcción.
Ventanas las hay de muchos tipos. Algunas son redondas, otras cuadradas o
rectangulares, unas tienen vidrios de colores y hasta vitrales, otras son
totalmente transparentes. Las hay con marco de metal, de madera, de plástico o
de aluminio. Encontramos del tipo fijas, oscilantes, batientes, pivotantes y
plegables.
Hay las que están totalmente nuevas y relucientes y otras opacas de tanto
polvo y tiempo acumulado, hasta que pueden llegar a no abrir de tanta herrumbre
que acumulan o del polvo que se petrificó con el paso del tiempo.
Se han visto también con el vidrio roto por alguna pelota que jugando un
niño su puntería falló...
En nuestros viajes a grandes ciudades del mundo, hemos observado los bellos
rosetones calados y adornados, en las
antiguas iglesias del arte gótico y románico, que definitivamente son una forma
de ventana, por donde entra la luz de Dios en forma de prisma multicolor.
Llegamos al planeta tierra por una hermosa ventana, nos iluminamos tanto
que la luz nos hizo llorar, los ojos los tuvimos cerrados por días hasta que
nuestro instinto nos permitió dilatar nuestras pupilas por primera vez…
Dios y el universo, le disponen al ser humano todo tipo de <<ventanas
de la vida>>, para ponerlas a la orden de nuestro bien, denominado libre albedrío...
Este
bien que se nos “endosó”, es el poder de decisión que cada ser humano en
su mente y alma tiene de obrar según decida de forma voluntaria. Cada persona cuenta
naturalmente y frecuentemente con libertad para tomar sus propias decisiones, aunque
a veces podríamos estar sujetos a presiones, necesidades, limitaciones o
inclusive padecer de “aletargos”.
Nuestras reflexiones y nuestra voluntad, generan las decisiones que afectan
a nuestro libre albedrío, para
decidir sobre que <<ventanas de la vida>> debemos, deseamos,
queremos u olvidamos abrir durante nuestra existencia.
La
idea de libre albedrío evoca fundamentalmente
una capacidad de elegir que se basa en el concepto del yo, la mente y la consciencia, y
que rigen nuestra forma de pensar y actuar.
Cuando hablamos de las <<ventanas de la vida>>, pensamos en las
decisiones que tomamos para conocer y experimentar a diversos niveles, las
muchas actividades humanas que nos reconforten al adoptarlas como formas rutinarias
y en las que invertimos o invertiremos parte de nuestro tiempo de existencia.
Hay muchos seres humanos que heredan las ventanas que deben abrir y se
circunscriben a acatar la “orden” familiar - porque no les queda otro remedio -
que el continuar un legado
irrenunciable.
Hay otras personas inconformistas, que quieren salir de la rutina del día a
día, que rompen las “cadenas del yugo hereditario” y se dedican a abrir nuevas
oportunidades.
Hay <<ventanas de la vida>> que nos enseñan por microscopios el
“nano universo” con lujo de detalles
que lo convierten en un “Big Nano” y en contraste hay otras ventanas mayores
que nos muestran por telescopios el cosmos y el universo infinito.
La sociedad con sus normas y sus costumbres, nos llevan a abrir de manera
“obligatoria” muchas ventanas. Algunas como la educación - para instruirnos
adecuadamente para la vida- o la necesidad de un poseer una religión, son
fundamentales e irrenunciables desde los principios de nuestros días.
Normalmente una vez que definimos nuestras ventanas en la juventud, nos es
sumamente difícil abrir nuevas panorámicas, a no ser que aparezcan factores
ineludibles que nos hagan cambiar o seres humanos motivadores que recompensen
la toma de decisiones alternativas.
Siempre llegará un momento en la existencia de la persona, que su libre albedrío lo invita a tomar
decisiones, según su pensamiento individual de abrir ventanas nunca abiertas,
ya sea por saturación, o por propia curiosidad, por invitación a conocer nuevas
vistas, o simplemente para salir de la rutina y reabrir su mundo exterior.
Al abrir nuevas ventanas, aparece en primer lugar el reto del entendimiento
de la nueva actividad que nos “trastoca” nuestra zona de confort.
Posteriormente empezamos a conocer nuevas personas, que las han contemplado por
años y que gustosamente nos transmiten desinteresadamente su experticia y conocimiento,
para así poder aprender a tener la observación correcta del nuevo paisaje.
Los conocimientos y experiencias adquiridas con la apertura de las nuevas
ventanas, nos llenan de excelentes conocimientos, que nos otorgan cada día
mayor sabiduría y riqueza intelectual. Nos suministran vistas nuevas, muchas
veces inimaginables y llenas de <<realismo mágico>>.
¿Qué tal abrir las ventanas a un instrumento musical nunca aprendido? –
como la guitarra o el saxofón - y la de
un deporte que nunca imaginamos practicar - como la natación o el paracaidismo - o a la del mundo del arte para experimentar -
pintura al oleo o caricaturas. Hay miles de ventanas que podemos abrir durante
nuestra existencia, para lograr un mundo más integral y que nuestro paso por la
vida nos llene de muchísimas satisfacciones y retos.
Tienes hambre de vida, y ves saltando la mirada a través de todas las
ventanas y tragaluces, vitrales, ventanales, que construiste y te diviertes
haciéndolo, no sientes nostalgia por la ventana que ya no ves, porque estás muy
distraído y maravillado con la ventana que ahora te está deleitando.
No tienes mucho tiempo para dedicarle a cada ventana, pero aun así
disfrutas de cada una intensamente antes de cambiar tu atención a la siguiente.
Hay muchos que solo miran siempre por la misma ventana, es cómodo, fácil,
no hay riesgo, no da miedo, pero como entristece, deprime, aburre. Al principio
no aburría, pero todo tiene su momento y tiempo y hay que saber tomar lo que se
necesita, dejar lo que ya no y seguir aventurándose, cambiando, viviendo...
Una vida más integral, completa y disfrutada es cuando permitimos que
fluya, como riachuelo de bello manantial nuestro libre albedrío a través de las <<ventanas de la vida>>.
Escrito por:
Juan Raul Alamo Lima. Caracas -
Venezuela.
Patricia Alamo Rodriguez. Claremorris - Irlanda.
Instagram: @juanraulalamo
Twitter: @juanraulalamo
Facebook Juan Raul Alamo
Blog: juanraulalamo.blogspot.com
12 de agosto de 2019
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