LOS TIEMPOS DE LA VIDA
Muchos
se han preguntado: ¿La Vida es realmente corta
o larga? Muchos seres humanos a los
que Dios les ha permitido existir, han tenido esta <<Disertación>> en su mente durante muchos años sin poder
responderla. — Pareciera que hay vidas cortas y vidas largas— si sacamos la
cuenta en base a la cantidad de años que nuestro corazón está latiendo, para
quien logra llegar a la ancianidad,
observaría lo rápido que ha pasado su existencia, además que concluye que ¡La vida es una lotería…!
Hay
vidas para quien llega a “cuna de oro” o
como nuestro señor Jesucristo a un “humilde
portal”. También hay quien inicia su existencia en tiempos de paz o de
guerra, en momentos de bonanzas o crisis económicas, en familias con valores o
en entornos hereditarios conflictivos. También es un factor fundamental si se
nace en una familia en el campo o en una gran ciudad, y muchas otras variables…—Todo
ello quizás nos lleva a tener diferentes destinos…sobre todo para hacer ¡el bien o el mal! a nuestra existencia o
a los que nos rodean.
Rey, emperador,
príncipe, faraón, marajá, emir, sultán, zar, jeque, shah, califa. —No importa
el título nobiliario—, más temprano que tarde, el heredero tomará el poder del
Imperio. Ni los Reyes del legado
monárquico más importante de la historia han podido cambiar esa cruda realidad.
—¡Hasta el Rey León tuvo en Simba el
sucesor para su dinastía!
“La vida
es un suspiro que se lleva el viento”. —Naces, creces, reproduces,
envejeces y mueres... —Prenatales, infantes, adolescentes, jóvenes-adultos
tempranos, adultos, adultos mayores o ancianos. Etapa tras etapa, ¡la vida pasa en un 2 x 3!, muchas veces
sin que nos demos cuenta. Dios nos ha
dado el “tiempo”, el complejo <<libre albedrío>> y nos ha
permitido elegirlo, invertirlo, consumirlo y hasta a veces desperdiciarlo, para transitar muchas actividades en durante nuestra
existencia.
Nuestro
planeta tierra se estima posee 4.600.000.000 años. ¿Qué significan 80 o 90s en
la esperanza vida de un ser humano respecto esa cifra tan gigantesca?
Como se conoce, nuestra vida es concebida en
el útero de la mujer, lo que es conocido como etapa prenatal o “in utero”, cuando
durante 9 meses se desarrollan los rasgos humanos y se reciben los primeros
estímulos de la futura vida. —Es la primera etapa del desarrollo humano, la
cual ocurre en el vientre
materno, período que se conoce como embarazo, y el mismo
transcurre desde la concepción, hasta la formación del nuevo ser y el
alumbramiento.
De Infante, quien no se acuerda de los
momentos cuando se juegan los mil y un divertidos inventos del ser humano, que
generación tras generación llegan para distraer, formar, reconfortar y hasta
hacer compañía en los momentos de soledad y aburrimiento. De esta etapa
temprana de la vida, inclusive en la primera
infancia (durante los primeros 4 a 5 años), solo se guardan vagos
recuerdos. Muchos de ellos tan solo fotográficos, de algún evento especial que ocurrió
durante los primeros 60 meses de nacidos. —Luego de esas edades inmemorables, durante la
infancia (entre los 6 y los 11 años) se logran cuajar los recuerdos que normalmente comienzan con la entrada a la
educación preescolar. Se empieza a conocer la vida, a identificar a mamá, papá
y hermanos, —a tener amiguitos o amiguitas—, a querer a los maestros, a defender
a “compinches”, “parcelitas” y juguetes. A comprender el significado de la familia,
¡de lo bueno y lo malo! y de los
valores que empiezan a inculcar los padres y maestros, a compartir con los
hermanos las tareas del hogar. ¡A los infantes
los días le pasan muy rápidos y los años muy lentos!, —cada año en la vida
significa un gran porcentaje de la existencia hasta ese momento. Un psicólogo
de renombre como Jean Piaget afirmaba
que: “en esta edad se marca el
subconsciente para gran parte de tu vida”, sobre todo por el amor que se
reciba durante la crianza.
De adolescente o “teen” (entre los 12 a los 17 años), prácticamente
se toma conciencia de esta etapa cuando se está terminando. La rivalidad y la
demostración de los liderazgos hace que se cambien los juegos, (según, muchos de ellos vergonzosos,
ridículos e infantiles), por actividades más atrevidas, riesgosas, bailables,
desconocidas, para poder demostrar la valentía, gallardía y/o añadir la
adrenalina o coquetería recién descubierta en la vida. ¿Quién no recuerda los
momentos bonitos cuando llegó Cupido
a cada vida y atravesó con fuerza la primera flecha? ¿Quién no recuerda a su primer amor? que puso
a latir el pecho a 150 pulsaciones por minuto, ¿hay alguien que no recuerde el
rompimiento con una novia o novio muy especial, que en algunos casos generó
momentos de depresión en la mente…? Esta etapa de la vida también hace dilucidar las posibles alternativas del
destino profesional, —para llegar a elegir una carrera profesional que permita ganar
la independencia individual—, para sustentarse cada quien por sí mismo y a la
futura familia. En muchas oportunidades se reciben de los padres el refrán: “El que no oye consejos no llega a viejo”
al cual muchas veces se ignora erróneamente…
Es la
etapa más corta, ¡pero la que más huella
deja en la vida!, —pues en base a esta etapa se proyecta, o se escoge el
camino correcto o el equivocado y luego es muy difícil de salirse si se elige
el erróneo. Parece que nunca va a terminar a pesar que es la etapa con menos
años para disfrutarla. Hace menos de un siglo, ¡un adolescente de 15 años era un hombre o mujer!, hoy observamos adolescentes
de 25 años. —Casi nunca los adolescentes legalmente son ¡responsables de sus actos! En
la adolescencia no todas las creencias adquiridas son de la persona, sino que
las adoptó en el colegio, o con sus padres, hermanos, primos o amigos.
Luego de estos momentos, —y a veces sin
saberlo, se llega a la juventud-adultos
tempranos (de los 18 y hasta los 25 años), cuando la vida exige a muchos seres humanos como algo principal, el
momento de tomar decisiones definitivas de gran trascendencia sobre la
orientación, que se deben seguir en la vida educacional para lograr los
destinos profesionales. Hay muchas personas quienes no reciben la debida
asesoría para conocer exactamente la carrera profesional a seguir y como
consecuencia de ello pierden tiempos de su vida al no concluir una carrera
universitaria, normalmente por falta de motivación. Hay también los que por
distintas razones no pudieron terminar sus estudios de secundaria y no lograron
la llegada a los estudios superiores. En la etapa de la juventud que la podemos también llamar adulto temprano, a veces el joven está más confundido que el propio
adolescente, pero a diferencia de estos,
¡si son responsables ante la ley de sus actos! Normalmente se sale muy extraviado
de la educación media, y muy frecuentemente se dejan influenciar y confían en
la orientación y el consejo de sus padres, pues muchas veces los conocen más
que ellos mismos.
¡Luego llega la etapa más larga de la vida!,
la del adulto (entre los 26 a los 60
años). ¡llega todo junto y a la vez!
y transcurre de forma muy veloz. —Soltería, matrimonio (divorcio), empleo, hijos,
hipoteca del hogar, compra de vehículo, inversiones, emprendimientos, “stress laboral”, deportes, viajes y
cada quien con su experiencia particular. En esta etapa se empiezan a recoger
los frutos de las semillas sembradas, durante toda nuestra vida previa. —A los
hijos se les entrega con esmero y cariño toda la herencia de valores y
responsabilidades como primera lección de vida que les permita, seguir sus
propios caminos de manera correcta, velando por que consigan su independencia
intelectual, financiera y abran los caminos de sus familias, conociendo que en
la vida se encontraran tropiezos que hay que superarlos, con las técnicas
adecuadas aprendidas en su caminar.
¡Llegar a adulto es llenarse de desafíos!,
a veces hay que dejarse llevar por la corriente del rio de la vida. ¡La adultez es compromiso y constante toma
de decisiones para bien o para mal!, es responsabilidad. Si ya se tiene
hijos, es siempre dar ejemplo correcto a ellos. Los hijos cambian todo, ya que
en el acto se deja de ser adolescente
o adulto temprano y se pasa a ser adulto con todas sus consecuencias. O “corres o te encaramas”, es el momento
de tomar las decisiones más serias. De adulto, se empieza a filtrar las
creencias y se descubren las propias y aparece lo que realmente es la persona, pues
se marca pautas de lo que el crees que es y se es libre de creer lo que se
quiere creer o no.
Si Dios
lo permite, llega la epata de adultos
mayores (entre los 61 y los 75 u 80 años) en ella es muy normal que se
coseche sabiduría de tanto aprendizaje, —del ensayo y error— vividos durante la
existencia. Se aplica mucho el: “cruzaremos
ese puente cuando llegamos a él” y también la sabia lección de “el aquí y el ahora”, para sentirnos
agradecidos del presente. —En ésta etapa también suele aparecer el
famoso “síndrome del nido vacío” que llega
cuando nuestros hijos alzan vuelo
hacia otros destinos y crean sus nuevas familias.
Frecuentemente
se pasa a ser un adulto mayor cuando
vez que los hijos ya son adultos y
con la llegada de los nietos. Los hijos siempre van a necesitar la ayuda de los
padres, pues los padres no tienen “fecha
de vencimiento”. En la adolescencia a veces los obligamos, —¡aquí
solo se sugiere o aconseja!— Siempre hay que darlo aunque no lo pidan. Y uno se ve y se dice a si mismo ¡lo hice bien! Es momento de no
llevarlos de la mano, sino estar al lado de ellos y hasta a veces ellos nos
llevan de su mano. —A veces inclusive ellos pasan a ser los responsables del adulto mayor.
Se
llega a la vejez (4ta edad), también llamada
ancianidad (luego de los 76 años),
cuando Dios lo permita y los “achaques” exoneren llegar con relativa salud,
para poder seguir disfrutando de la cosecha sembrada durante tantos lustros. —Los
que están en esta etapa de su vida deben contar con mucha paz, para ver y decir:
¡La tarea se hizo bien! y ¡el resultado fue bonito! Se criaron
hijos que son hombres y mujeres de bien.
Los
seres humanos activos forjan una vida
para que pasen situaciones deseadas, sea por atracción consciente o
inconsciente. En la medida que se toma la responsabilidad de cada momento, se
tienen más herramientas para poder lograr lo que se quiere y dejar de ser lo
que no se quiere ser.
Para otros seres
humanos ¡A veces ocurre que se
desperdicia una vida!, para la gente pasiva,
toda su vida es una escena donde él está en el medio siendo “víctima”, atacado por las cosas que lo
rodean, por las cosas que le pasan. —En la medida que sea víctima, todo lo que
le pase es porque hay algo externo que está haciendo que le suceda, ya sea un
Dios castigador, o por la “mala energía
del universo” u otros seres humanos, siempre habrá alguien o algo a quien erróneamente
culpar.
¡Para
muchos la vida pasa volando!, es como una hoja de un árbol que el viento la
lleva al azar por diferentes destinos. —Ella es simple, bella, fácil o complicada
o ruda en diferentes momentos, lo importante es que haya sido aprovechada, que no
se haya desperdiciado y que la suma de los buenos momentos sea muy superior a
la de los ingratos. —Que dejemos un buen legado, unos valores que hagan un
mundo mejor…
La
humilde conclusión de esta <<Disertación>>
es que, si la vida se vive con intensidad, pues no es corta. Es corta o larga
en base a las experiencias que se haya tenido en la existencia…
La gente puede escoger su destino, depende si su
alma es libre o no. “El pájaro que está en una jaula no sabe lo que significa
libertad”. — ¡Cada etapa tiene su magia! —
Nunca se
debe dar por vencido en la “búsqueda de una
vida mejor”, abrázate con tus creencias y tus ilusiones… ¡haz tu propio milagro!
Escrito por: Juan Raul Alamo Lima. Caracas -
Venezuela. | Categoría: Disertación
Asesores: Adoración Alamo de Naranjo y
Patricia Alamo de Araujo
Blog: juanraulalamo.blogspot.com
Instagram:
@juanraulalamo
Twitter: @juanraulalamo
Facebook Juan Raul Alamo
30 de agosto de 2019