martes, 1 de septiembre de 2020


 “EMPRENDIMIENTO EXITOSO”

   ¿Debemos ser emprendedores en nuestra vida? ,¿Necesariamente tenemos que lograr el éxito en nuestro paso por la existencia?; ¿Tenemos que elegir entre emprender una iniciativa propia o prestar nuestros servicios a cambio de un salario, para garantizar una vida holgada?   

     ¡Erase una vez! A principio de los años 50 en el siglo pasado, en una Isla pequeña en el medio del Océano Atlántico, cuando un << Gran Emprendedor >>, nacido en 1922, hijo de comerciantes de toda la vida, se le ocurrió la bella idea de construir una Sala de Cine, para proyectar el acetato del gran mundo en la isla chica que le vio nacer; y así engrandecer el séptimo arte recién saliendo de su etapa muda. Tan solo cinco años antes había terminado la segunda guerra mundial y entre 1947 y 1951 la también llamada Isla de “El Meridiano”, tuvo una de sus más intensas sequías, generando así muerte y desolación que inclusive incentivó emigración hacia América en veleros destartalados y de mala muerte, los cuales llegaban a tardar hasta 30 días en cumplir su cometido luego de atravesar el “Mar de los Sargazos”. ¡Pero contra viento y marea! El << Gran Emprendedor >>, luego de cuatro años de trabajo intenso, inauguró en 1951 el templo de la pantalla grande en su pequeño mundo e invitó a María Félix  con Jorge Negrete, así como Ingrid Bergman con Gregory Peck, para que mostraran sus destrezas de actuación, haciendo vibrar al público cinéfilo. Hasta el párroco del pueblo asistía a las premieres, no sin antes aplicarle al filme de turno el debido “fallo y ejecución con sus tijeras inquisidoras de plata. — Por algunas circunstancias del destino, tales como: una economía de post guerra deprimida, el pequeño tamaño del mercado con poder adquisitivo, la  iglesia parroquial inclementemente abusiva e indagadora de la época, la escasez de una confiable energía eléctrica, entre otras; llegó a lograr que este bello emprendimiento no prosperara y que por cosas del sabio destino, éste lo endeudara, teniendo esta vez él, que atravesar el “Gran Mar” y emigrar en 1958 a la tierra de gracia, que con sus bellezas naturales y la alegría de su gente lo enamoraron a primera vista, y que en su boyante desarrollo petrolero le permitió en tan solo 9 meses pagar la deuda contraída de 120.000 pesetas franquistas,  abriendo así un nuevo capítulo para muchos otros y nuevos emprendimientos, de su larga y nueva vida profesional en Venezuela que duró 36 años, hasta que en 1994, se quedara en su “descansar en paz y viendo como brilla su luz perpetua” junto a su querida esposa en su tierra adoptiva.

   ¿Quizás el emprendedor pensó bien sus “Fortalezas y Oportunidades”, pero falló en estudiar detalladamente sus “Debilidades y Amenazas”?

   —Por definición: un Emprendedor es una persona que diseña, lanza y pone en funcionamiento un negocio, partiendo de una Innovación”. Pero, entonces nos preguntamos; ¿no podría abarcar la definición, otras circunstancias de la vida? como por ejemplo: a alguien que de manera desinteresada: “hace una cometa para volarlo con un niño y observarle su cara de alegría”; o un abuelo que: “restaura una mini moto en ruinas del año 1969, para bautizar en su pasión a sus nietos”; o así como: “el empezar a escribir una obra literaria desde cero” para dejar un legado a sus descendientes y ¿por qué no?: el de prepararse durante 18 semanas para lograr el desafío de “correr un maratón” a cualquier edad. —No podríamos también definirlo como: “todo aquel que crea ideas e innova, no necesariamente con motivos económicos, y las lleva a la práctica aprendiendo de sí mismo en el camino…”

      Cuando somos jóvenes, y normalmente como consecuencia de nuestros estudios logrados, siempre tenemos momentos de decisiones transcendentales en la vida para buscar la manera de tener una existencia independiente de nuestros progenitores, que abarque una economía holgada, y básicamente se contemplan dos grandes posibilidades principales: La primera, es laborar para una empresa ya establecida y así cobrar religiosamente nuestro salario; y la segunda, y más riesgosa es emprender y desarrollar  una idea para por “motu proprio”, solo o acompañado, comercializar productos o servicios, para así lograr la confianza de un nicho de mercado, administrando así tu propio destino financiero.

   Cuentan que durante el sermón de una misa de graduación, un sacerdote jesuita le manifestó a los graduandos unas palabras que impactaron en la mente de los jóvenes Ingenieros que luego de cinco años y algunos más, se dedicaron a prepararse y vencer los desafíos que corresponden al logro de una exigente carrera universitaria. El clérigo y a la vez Ingeniero, les manifestó de forma muy convencida lo siguiente: “Yo quiero que hagan muchos emprendimientos, y ganen un buen dinero; pero no tanto”—. Esta aseveración no pudo ser entendida en ese momento por muchos de los jóvenes profesionales, no obstante, algunos de ellos en el futuro obtuvieron la sabiduría para poder comprenderla. Básicamente se quería manifestar que: “El dinero no hace la felicidad” y que: “rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita”, así como que podemos complementarlo con lo mencionado en las Sagradas Escrituras en el libro de Proverbios 16:18, donde se menciona que: “al fracaso le precede la soberbia humana, a los honores les precede la humildad”

   Definitivamente, todo ser humano en el transcurso de su vida se encuentra tras la búsqueda del éxito, y la minimización del fracaso con más devoción que: “sabueso tras la búsqueda del zorro en los bosques de la Inglaterra monárquica”, pero definitivamente, tendríamos que, así como interpretamos el término “Emprendimiento”, también tenemos necesariamente que definir la palabra “Éxito”. Definitivamente la “noción de éxito”, es subjetiva y relativa, lo que para una persona puede ser un éxito, para otra puede ser un consuelo de un fracaso disfrazado. Sobre esta base, podemos aseverar que: “un éxito es todo aquello resultante de la iniciativa que nos genere una sensación de realización, de bienestar, y de felicidad”. De esta manera podríamos identificar varios tipos de éxitos en nuestro desempeño como ser humano, pues podríamos identificarlos en diferentes ámbitos como por ejemplo: el profesional, académico, laboral, familiar, deportivo, personal y en la adquisición de nuestros correctos valores humanos. El éxito por lo general se asocia al triunfo o al logro de la victoria en algo que nos hayamos propuesto, de allí que en muchos casos también se relaciona con el reconocimiento público, la fama o la riqueza.

   Luego de la llegada del << Gran Emprendedor >> a la Tierra de Gracia, y luego de trabajar para una firma muy reconocida y conocer el “know how” del mercado asegurador, se independizó y  creó dos empresas de Ajustes de Pérdida para la atención de los siniestros de los ramos patrimoniales al sector seguros. La primera fue creada en 1966 y duró 8 años hasta que tuvo que cerrar por la discordia de uno de los socios que no quiso continuar en las operaciones y la segunda fraguó un éxito desde su fundación en 1973 hasta el año 1995, fecha en que el << Gran Emprendedor >> falleció, para estar en la gloria  a los 72 años, luego de haber encaminado a sus cinco hijos y haber conocido a sus 13 nietos.

   En paralelo con este conocimiento en 1984, el siempre dispuesto << Gran Emprendedor >> se asoció con aliados del mercado para fundar una empresa de Corretaje de Reaseguros, que estuvo presente durante 16 años, donde su “hijo menor” actuó y manejo las operaciones de la empresa incluyendo desarrollar sus sistemas Informáticos, lo que permitió que  esta empresa pudiera actuar de manera eficiente en el mercado hasta el año 2000.

   Todos estos emprendimientos sirvieron para crear en el año 1987, por parte del “hijo menor” una empresa de desarrollo de sistemas Informáticos para el sector de la Intermediación de Seguros. Líder nacional desde 1997 que sigue totalmente en pie cumpliendo sus exitosos primeros 33 años y que le ha permitido a Productores, Corredores y Sociedades de Corretaje de Seguros, el contar con herramientas tecnológicas para agregarles “asertividad” y “productividad” a sus negocios. Quizás el mayor secreto de este emprendimiento valiente es el buen servicio, la perseverancia y la honestidad empresarial.  

         Luego de estos ejemplos y una vez definidas nuestras respuestas, debemos tener claro que lo importante para el éxito de un posible  emprendimiento, “no es el ganar dinero por ganarlo”, sino como consecuencia de:

.- Ser “zapatero de tus zapatos” y conocer muy bien el “know how” del negocio en que quieras emprender, además tener perseverancia y disposición a asumir el riesgo financiero en todos los momentos de la vida de la empresa, solo o acompañado, y así  generar sinergia empresarial. Por supuesto constantemente estudiar las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de la idea. Definitivamente, que la propuesta sea imaginativa, honesta y de constante reinvención para lograr la adaptación a los cambios. No olvidar contemplar la entrega de un buen servicio y/o producto, que le de satisfacción a nuestros relacionados comerciales, para así lograr enlaces de fidelidad (¿y por qué no de amistad?) a largo plazo. A todo ello se debe añadir que cuente con un buen “valor agregado” para así diferenciarnos ante la competencia y contar con que siempre estemos dispuestos a la formación de jóvenes profesionales mediante la capacitación y entrega de valores humanos y profesionales.

   “La carrera del “emprendedor” es un maratón, no una carrera de velocidad, no existen atajos ni formulas mágicas para llegar a la meta, —solo aquel perseverante y trabajador—, es el que consigue triunfar en el mundo de los negocios; no se debe intentar saltar etapas ni buscar el éxito fácil; la única receta es arriesgar y trabajar duro

 

Escrito por: Juan Raul Alamo Lima. Caracas - Venezuela | Categoría: Relato-Disertación

Asesora: Marina Rodriguez de Alamo

Revisión: Katibel Patiño. Puerto Ordaz - Venezuela

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Caracas, 01 de septiembre de 2020

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