“EL PEREGRINO A LA ERMITA”
Este escribidor, siempre ha sido peregrino de la hermosa Virgen de los Reyes y como muestra de ello recorrió en 2017, 34 kilómetros a ritmo de maratón, observando ¡Paisaje tras paisaje! y pagando con sudores constantes y endorfinas al por mayor que brotaban de su dermis empañada de fervor. Ya luego de cinco horas el cuerpo de 6 décadas estaba “recordando mejores tiempos en voz alta”. Ya el agua escaseaba, los geles energéticos brillaban por su ausencia, el Gatorade descansaba en paz hacía muchos latidos. —La energética quesadilla Herreña que había engullido en el kilometro 17 de la mitad de la ruta, había pasado a mejor vida. Las arenas volcánicas, las ovejas, las mulas, y las cabras, los verdes de la escala del “pantone”, los azules del mar y el cielo difuminados le llenaban de esperanza; sacando así sus últimas reservas vitales. Faltaba poco por llegar y así poder pagar la factura de su vida.
¡Cada ser humano creyente, debe haber peregrinado al menos una vez en la vida! “El título de Peregrino se aplica a todo aquel ser que anda por tierras extrañas y que por devoción o por voto va a visitar a un santuario”. Definitivamente hay muchas formas de peregrinar como, por ejemplo: La visita a la Meca al menos una vez en la vida por los musulmanes, los tiempos pasados de las cruzadas hacia Tierra Santa en Jerusalén, recorrer el tan conocido Camino de Santiago en el norte de España, para llegar a Santiago de Compostela, y muchos más (…).
Desde 1546, y cada 4 años en una legendaria y pequeña isla de 277 km2 en el Océano Atlántico, perteneciente al archipiélago de las Islas Canarias llamada “El Hierro”, se celebra lo que denominan la “Bajada de la Virgen”. Los peregrinos venidos de todo el mundo se reúnen en un lugar solitario al pie de la Ermita de la Virgen de los Reyes (al noroeste de la isla) para sacarla en orgullosa peregrinación. —Cuenta la leyenda— que, a principios de 1546, el Mar de las Calmas embravecido y enfurecido por vientos huracanados que soplaban en esa zona atlántica, lanzó contra la Bahía de la Orchilla a un barco de origen portugués cuyos tripulantes estaban despavoridos y extenuados de luchar contra el temporal. Los pastores que estaban resguardados en cuevas milenarias con sus rebaños, socorrieron y ayudaron a los extranjeros y recibieron la promesa de entrega de una talla de una Virgen. Cumplido el agradecimiento, los pastores la llevaron tierra adentro, la bautizaron como la Virgen de los Reyes y le levantaron una sencilla ermita en la “montaña de la Virgen”. Posteriormente hacia 1704 una lamentable y profunda sequía arrasaba a la Isla y descendientes de los pastores originales decidieron llevarla en procesión a la “iglesia de la Concepción” de la Capital Valverde, para reclamar el agua bendita. —Como normalmente ocurre, el clero rancio lo prohibió, “llorando con el llantito sin gracia de los viejos”, pero la fe de éstos hizo que, a hurtadillas y guarecidos en la oscuridad de la noche, se atrevieran a hacerlo. Pues entonces, aquella noche ¡rompió el cielo a llover! y ese milagro desde ese momento es celebrado cada cuatro años por los herreños en un recorrido de aproximadamente 32 kilómetros que trascurren los peregrinos en 18 horas continuas.
La isla de El Hierro también es legendaria pues hace aproximadamente 500.000 años, se produjo un fenómeno natural geológico de magnitudes cataclísmica de las más importantes conocidas. —Debido a un fuerte terremoto la isla perdió casi 1/3 de su masa y este trozo de isla se desparramó al océano profundo, lo que generó un gran tsunami que llegó a costas americanas al haberse desprendido aproximadamente 300 km3 de rocas y tierra volcánica, creando en el desplome un fértil valle llamado actualmente El Golfo.
El Peregrino, “que caminaba tanteando el aire”, tuvo el honor de nacer en la Isla de El Hierro también llamada la ¡isla del meridiano!, nombrada así pues desde los tiempos de Ptolomeo y hasta el siglo XIX, pasaba por ella el referente meridiano “cero” y que fuera hurtado por el Imperio Británico (sin derecho a protesta) y llevado a la población de Greenwich en el Reino Unido. —Desde muy niño nunca tuvo la oportunidad de asistir a una “Bajada de la Virgen”, pues migró muy joven con sus padres a tierras venezolanas y por cosas que le jugó su destino, jamás coincidió con la cuatrienal fiesta religiosa. En el año 2017, luego de participar en la ciudad de Caracas en el Maratón CAF, finalmente se encontró preparado para poder cumplir su promesa y así hacer un peregrinaje religioso-deportivo en solitario, desde la Villa de Valverde hasta la Ermita en la Dehesa, lugar de asentamiento de la virgen, ubicada en lado opuesto de la Isla.
Todo empezó en la iglesia de la Concepción de la Capital Valverde, templo donde fue bautizado 60 años antes, donde sus padres y abuelos contrajeron nupcias, a las 6 am de un día bautizado por Dios y con olor del vapor del pan al amanecer, equipado con la indumentaria deportiva de rigor, sin GPS y luego de persignarse, empezó a caminar la cuesta de aproximadamente 4 kilómetros hasta las afueras de la capital, vía un pueblo cercano llamado Tiñor, hasta llegar al termino del pueblo de San Andres a lugares más planos donde le era posible aumentar su ritmo de carrera a trote ligero por caminos de pastores, cabras, ovejas y bruma, pasmado de incredulidad, fuera del tránsito automotor. —La travesía estaba totalmente señalizada por la simbología internacional del senderismo y sus banderitas pintadas en rocas de tres rayas de colores: amarillo, rojo y blanco, en diversos puntos de la ruta. De repente, su cabeza cubierta por rizos charolados, giró a la derecha y con sus ojos picantes del sudor, empezó a observar las vistas del Valle de El Golfo. —Hacia abajo se divisaban algunas de las maravillas que encierra la isla: el bravío Océano Atlántico con olas que superan los cuatro metros, el milenario poblado de Guinea y los Roques de Salmor donde se esconden los últimos lagartos gigantes de El Hierro, así como los campos de plataneras y piñas que rodean al valle. Con la energía faltante y con aspecto de desamparado propio de los vegetarianos, se abasteció con inspiración por tanta belleza disfrutada en su andar. En la mitad del recorrido luego de dos horas y media en el lugar denominado la Cruz de Los Reyes tuvo oportunidad de ser reabastecido de alimento e hidratación, por su querida y bella esposa. Con solo 20 minutos de parada, se continuó trotando por caminos y senderos de arenas volcánicas milenarias, se dejó llevar por el paisaje; los bosques de frezo, faya, laurisilva, y pino canario sucedía y detrás de cada curva le aparecía el mar con toda su intensidad, hasta llegar a las alturas del Pueblo más Occidental de España llamado Sabinosa. Tras atravesar la última verja de ganado, giró a la izquierda por el camino final donde una hilera de pinos que refugió al caminante lo llevó hasta el bosque de las Sabinas, clímax de los vientos alisios sobre las copas de estas milenarias hadas verdes, que aguantan los embates y adoptan fantasmagóricas formas antes de caer y continuar viviendo recostadas sobre el suelo de lava que las vio nacer. De aquí luego de cinco horas y cuarto de viaje se llegó a las cercanías de la Dehesa, lugar donde se encuentra la Ermita que resguarda a la bella virgen de los Reyes. — El nombre de los Reyes le viene como añadido de los reyes magos que adornan el retablo sobre el que está sostenida.
Ya con la Virgen enfrente, acompañada de la callada respiración de las rosas, mordiéndose los labios con una sonrisa cansada pero alegre y en soledad en su pequeña ermita y luego de un padre nuestro y un ave María, agradeció a la Virgen de los Reyes por haberle permitido cumplir su peregrinaje, por su casi perfecta salud, su bella familia y armonía de todos los seres de buena voluntad que transitan la mágica experiencia de haber vivido con bienestar en este planeta que Dios nos permite transitar.
Escrito por: Juan Raul Alamo Lima. Caracas - Venezuela | Categoría: Vivencia
Revisión: Katibel Patiño. Puerto Ordaz - Venezuela
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28 de julio de 2020
Bibliografía
- “La Bajada de la virgen de los Reyes, Encuentro cuatrienal con la patrona de El Hierro”. Antonio Ferrantes-Javier Armas-Raúl Alamo. 2001.
- “Historia de Canarias”. José M. Castellano Gil-Francisco Macías Martín-1.993.
- Colección Cuadernos de viaje EL HIERRO. Jose Luis Rivera – 1.997.